La chía se ha convertido en un alimento popular gracias a sus múltiples nutrientes. Pese a su tamaño, nos brindan una sensación de saciedad, previene enfermedades intestinales y fortalece el sistema inmune.
Además, dichas semillas son versátiles tanto que pueden servirse en yogures, jugos y cócteles de fruta. Aunque si las consumes diariamente, es necesario cuidar sus porciones.
Como todo alimento, la ingesta excesiva podría ocasionar daños en la salud y no podrás aprovechas sus nutrientes.
Originarias de Centroamérica, las semillas de chía tienen como principal compuesto el Omega-3. Este tipo de grasa poliinsaturada fortalece las neuronas, mantienen al corazón sano y lo protegen de enfermedades cardiovasculares, según detalla el sitio Medlineplus.
La fibra dietética es otra de sus bondades. De acuerdo con el portal Quaker, este alimento es rico en fibra que, al hacer contacto con un líquido, produce una especie de gel que se expande por el estómago y le brinda una sensación de saciedad.
Por otra parte, al tener una mayor composición de fibra insoluble, promueve el movimiento del aparato digestivo y ayuda a prevenir enfermedades como el estreñimiento o la diarrea, explica el sitio especilaizado Mayo Clinic.
Además, es rica en minerales como el calcio y el magnesio, los cuales permiten mantener la salud de los huesos, facilitan el movimiento de los músculos, regulan los niveles de azúcar y la presión sanguínea.
Si se desea aprovechar todos sus beneficios, es necesario consumir la chía en cantidades correctas. La dosis recomendada es de 25 g diarios, lo equivalente a 2 cucharadas soperas, según informa el portal Puleva.
En caso de ser la primera vez que comes las semillas de chía, lo mejor será empezar con una cucharada pequeña al día. Después, ve aumentando la cantidad hasta llegar a los 25 g.
Hay que recordar que las semillas tienen un contenido elevado de fibra, por lo que su ingesta excesiva podría ocasionar problemas digestivos como diarrea, dolor abdominal hinchazón o estreñimiento.
Lo mejor de la chía es que se puede consumir de muchas maneras. Por ejemplo, agrega 1 cucharada sopera, 1/2 taza de agua y un toque de limón para preparar una refrescante bebida.
Sin embargo, de acuerdo con el sitio Puleva, la mejor manera de comerlas es molidas. Ya sea que la tritures con un mortero o un molinillo de café para después añadirlas tanto en tus cócteles de fruta como en tus licuados.
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FFO
