Cuando se habla de gastronomía auténtica en la Costa Grande de Guerrero, un nombre resuena fuerte y con cariño: Carmelitas Café. Fundado por Carmelita Ramírez Lorenzana, este restaurante no es solo un sitio para comer bien, sino un destino gastronómico en sí mismo que sintetiza tradición, esfuerzo y la historia familiar detrás de cada platillo.
La historia de Carmelitas Café es una lección de resistencia, pasión y adaptabilidad. Comenzó en los años 80, cuando Carmelita, recién casada, llegó a un restaurante de comida internacional abierto por su esposo. Circunstancias inesperadas la llevaron a la cocina, donde comenzó a demostrar su habilidad natural, heredada de su madre y abuela en el campo. «Desde niña crecí viendo a mi mamá cocinar con lo que teníamos; con sabores sencillos, naturales y auténticos», comparte Carmelita.
Luego de pasar 18 años con un local de comida rápida en el aeropuerto de Zihuatanejo, donde popularizó platillos guerrerenses, Carmelita enfrentó el reto de reinventarse cuando los pequeños negocios fueron desplazados por franquicias. «Aprendí que los círculos se cierran y hay que abrir nuevos caminos», recuerda.
Renacer desde la tradición
Así, Carmelitas Café renació primero como «Paco’s Tacos», un pequeño lugar nocturno dirigido por su hijo Paco. Sin embargo, la esencia verdadera de Carmelita latía en otro horario y otro concepto: comida casera, hecha con amor desde muy temprano.
«Decidí hacer lo que sabía hacer bien. Quería cocinar lo que aprendí de mi madre y abuela, esos sabores auténticos que nos alimentaron en el campo», afirma Carmelita.
La decisión dio frutos rápidamente. Así nació «Carmelitas Café», nombrado en honor a generaciones de mujeres poderosas: su abuela, su madre Carmen, su hija y ella misma. El menú se expandió por recomendación de boca en boca, pero fue la visita del reconocido chef Rick Bayless la que catapultó al restaurante. Bayless quedó encantado y llevó su experiencia a medios internacionales. «Cuando vino Rick Bayless, sentí tanta emoción que hasta lo levanté de la alegría», recuerda Carmelita entre risas.
Platillos que cuentan historias
En Carmelitas Café, cada platillo es una historia que Carmelita cuenta con pasión. La carta incluye imprescindibles como el aporreadillo, carne seca guisada con huevo y chile, platillo emblemático que remite a su infancia en Guerrero. Otro esencial es la costilla de cuche entomatada, un platillo que ya no puede faltar. «Hay clientes que vienen exclusivamente por esas costillitas; es un sabor que ya esperan encontrar siempre», asegura.
El requesón guisado en salsita verde con epazote es otro clásico de la carta, que evoca frescura y sencillez, mientras que las calabacitas a la mexicana con un toque de orégano son un homenaje a su madre: «así las hacía mi mamá, simples y deliciosas», comparte Carmelita.
Los fines de semana, la lengua preparada en diversas formas, como estofada con verduras o en chipotle, y la tradicional pancita se vuelven protagonistas del menú. «Cada domingo, la pancita y la lengua son imperdibles. Mis clientes ya saben y vienen especialmente por ellas», explica con orgullo.
Una gastronomía inagotable
La variedad y riqueza gastronómica guerrerense se reflejan en cada platillo servido en Carmelitas. «Guerrero es una fuente inagotable de sabores; tenemos mar, sierra y costa que nos brindan ingredientes frescos todo el año. La sencillez de nuestros ingredientes es lo que hace que los sabores brillen», destaca Carmelita.
Entre los platillos más auténticos, Carmelita destaca el tamal nejo, un platillo prehispánico de elaboración compleja, y las tradicionales enjococadas, tortillas bañadas en salsa de coco y acompañadas con cebolla y queso fresco. «Mi cocina es casera, es auténtica; aquí cocinamos como lo hacían nuestras abuelas», enfatiza.
En 17 años, Carmelitas Café ha crecido con esfuerzo familiar, compromiso por la calidad y amor profundo por sus raíces. «Aquí no es solo comida, es recibirlos como en casa», expresa Carmelita, reflejando la esencia misma de su negocio.
El deseo de crecimiento sigue presente: «Me gustaría que Carmelitas siguiera creciendo y, si podemos abrir más lugares, lo haremos para seguir compartiendo estos sabores tan especiales». Mientras tanto, Carmelitas permanece como un oasis gastronómico donde tradición y hospitalidad se unen para ofrecer una experiencia única y con la esencia más auténtica de la gastronomía guerrerense.
- Dirección: Calle Heroico Colegio Militar S/N, Centro, Zihuatanejo, Guerrero.
- Cheque promedio: 350 pesos
- Horarios: Lunes a sábado de 8:00 am a 4:30 pm. Domingo de 8:00 am a 3:00pm.
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