Durante un encuentro de futbol profesional los gestos de los protagonistas, que lograron triunfar en el deporte por ciertas cuestiones según Harvard , pueden estar bajo constante observación. En medio de esa exposición, una acción llama la atención: cuando los jugadores se tapan la boca al conversar. Esta práctica responde a diversas razones, aunque la principal es evitar que se interpreten sus palabras a través de la lectura de labios.
¿Por qué se tapan la boca los futbolistas cuando hablan en la cancha?
En palabras de Looking for Soccer, la respuesta está ligada al entorno mediático y tecnológico que rodea cada partido. Los jugadores se tapan la boca para impedir que las cámaras capten lo que están diciendo, ya que en muchos casos lo que se habla en el campo puede ser interpretado fuera de contexto por medios de comunicación o incluso por rivales. Las tomas cerradas que muestran primeros planos de las conversaciones entre futbolistas han sido utilizadas para intentar descifrar estrategias, comentarios personales o posibles polémicas. Esta vigilancia constante ha llevado a los profesionales del deporte a desarrollar hábitos que protejan su privacidad durante el juego.
En situaciones de balón parado, como tiros libres o saques de esquina, es común que los futbolistas discutan instrucciones tácticas cubriéndose la boca. Esto evita que el adversario se entere de movimientos preparados o variantes ensayadas durante los entrenamientos. También sucede cuando los porteros coordinan la barrera defensiva o dan indicaciones puntuales.
¿Qué otras razones explican que los jugadores cubran su boca al comunicarse?
Además del componente táctico, existe un motivo relacionado con la interacción entre rivales. Cuando se dirigen a integrantes del otro equipo, algunos futbolistas optan por cubrir su boca para evitar malinterpretaciones públicas. Una frase dicha en tono de broma o en un momento de tensión podría ser amplificada en medios o redes sociales. Este gesto ha sido visto también en momentos ajenos al juego, como durante los saludos o incluso en enfrentamientos verbales. Lo que comenzó como una precaución estratégica, se ha convertido en una costumbre ampliamente adoptada en el futbol profesional moderno.
Otras disciplinas, como el tenis o el badminton, también incorporan esta conducta, aunque en menor medida. En el caso del futbol, su uso se ha extendido debido al gran número de cámaras presentes en los estadios y a la constante atención mediática que rodea a los protagonistas.
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