La noticia del fallecimiento del Papa Francisco ha estremecido profundamente a San Cristóbal de las Casas, donde su visita, el 15 de febrero de 2016, permanece viva en la memoria colectiva como un momento de gracia y renovación espiritual.
Conocido como el “Papa de los pobres”, Jorge Mario Bergoglio eligió mirar hacia el sur de México, hacia las comunidades indígenas de Chiapas, en un gesto que marcó su pontificado por la cercanía con los marginados y el compromiso con la justicia social. Su paso por esta ciudad no fue sólo un acto protocolario, sino un encuentro genuino con el alma profunda de los pueblos tzotzil y tzeltal.
Durante su visita, el Papa presidió una misa en lenguas originarias en el SEDEM, convirtiendo el lugar en un templo al aire libre donde se elevó la voz de los pueblos indígenas ante el mundo. Posteriormente, recorrió el boulevard Juan Sabines, saludando con ternura a miles de fieles que aguardaban su paso con cantos, lágrimas y esperanza. Más tarde, sostuvo un encuentro con enfermos y ancianos en la Catedral, y compartió la mesa con el clero local.
Uno de los momentos más significativos de aquella jornada fue su silencioso homenaje a la tumba de don Samuel Ruiz, obispo emérito de la diócesis, con quien pareció entablar un diálogo espiritual entre dos pastores que caminaron junto a su pueblo.
Hoy, al conocerse su partida, San Cristóbal lo despide con amor, gratitud y una profunda admiración. Las campanas repican con solemnidad y en las iglesias se elevan oraciones por el descanso eterno de quien supo llevar el Evangelio con sencillez, coraje y ternura.
El legado del Papa Francisco perdura en los corazones de quienes lo vieron pasar por las calles empedradas de esta ciudad. Su mensaje de cuidado por la Tierra, por los pobres y por la paz seguirá inspirando a generaciones.
Descansa en paz, Francisco. San Cristóbal no te olvida.
Te puede interesar: Chiapas obtiene pases a Olimpiada Nacional Conade 2025 en tenis de mesa