La caravana migrante que partió el 20 de noviembre del municipio de Tapachula se encuentra actualmente en la localidad de Galeana, en el municipio de Pijijiapan, Chiapas, mientras avanza hacia el estado de Oaxaca. Compuesta por aproximadamente cinco mil personas, la caravana tiene como objetivo alcanzar a otro grupo de migrantes que comenzó su viaje semanas antes y se encuentra en las cercanías de Juchitán y Tehuantepec.
De este grupo, cerca de dos mil migrantes, en su mayoría mujeres, niños y personas de la tercera edad, se concentran en Galeana, donde avanzan a un ritmo más lento que el resto de la caravana. Los migrantes que ya se han adelantado podrían llegar a Arriaga, en Chiapas, o incluso a Oaxaca en los próximos días.
El activista Luis Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, denunció que los migrantes enfrentan acoso y amenazas por parte del Instituto Nacional de Migración (INM). Según Villagrán, funcionarios del INM han amenazado a los migrantes con deportarlos debido a la falta de documentación y, en algunos casos, incluso con acusaciones de ser criminales. Además, el activista señaló que hay denuncias de colusión entre el INM y el crimen organizado en la zona, lo que provoca engaños a los migrantes, quienes son prometidos transporte hacia el norte del país, solo para ser secuestrados o abandonados en lugares como Mérida, Campeche o Villahermosa.
A pesar de estas amenazas y situaciones de riesgo, los migrantes reciben apoyo de activistas sociales locales que les proporcionan alimentos, atención médica y productos de higiene personal. Mientras tanto, los migrantes en Galeana planean reanudar su marcha el próximo miércoles, en busca de continuar su travesía hacia el norte de México.
La situación de los migrantes sigue siendo precaria, y Villagrán hizo un llamado a las autoridades federales para que faciliten el libre tránsito de los migrantes por territorio mexicano y garanticen su seguridad.
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KCQ